"Brave" (2012), una aventura épica que no sigue la fórmula típica de "chico conoce chica, chica se enamora y todos viven felices para siempre".
Antes de sumergirnos en la magia de Disney, vamos a entender algunos conceptos importantes. No se preocupen, no vamos a usar palabras complicadas (bueno, tal vez un poquito).
En "Brave", nuestra heroína Mérida no quiere seguir el libreto que la sociedad le ha dado. Ella prefiere su arco y sus flechas a los vestidos y las ceremonias de cortejo. Esto crea un conflicto épico con su madre, Elinor, quien quiere que su hija sea una dama perfecta. ¡Qué drama, señoras y señores!
Aquí viene lo interesante: a diferencia de muchas otras películas de Disney, "Brave" no se enfoca en el amor romántico. ¡Qué alivio! No hay príncipes encantados ni canciones de amor bajo la luna. Mérida rechaza la idea de casarse con cualquiera de los príncipes pretendientes, quienes, dicho sea de paso, son más cómicos que heroicos. ¡Uno de ellos hasta se tropieza con su propia espada!
En una escena memorable, Mérida compite con los pretendientes en tiro con arco y, adivinen qué, ¡les gana a todos! Esto muestra que ella no necesita a un príncipe para demostrar su valía. ¡Bravo, Mérida!
Vamos a hablar de la apariencia de los personajes. Mérida no se viste como una princesa típica de Disney. No hay vestidos brillantes ni corsés ajustados. Ella usa ropa práctica para sus aventuras: un vestido verde que le permite montar a caballo y disparar flechas con estilo. Aquí no hay glamour innecesario, sólo funcionalidad y libertad de movimiento.
Los pretendientes también son una delicia visual: están lejos de ser los príncipes encantadores a los que estamos acostumbrados. Son cómicos y no particularmente atractivos, lo que refuerza la falta de interés de Mérida en el romance. ¡Punto para la desromantización!
La verdadera historia de amor en "Brave" es la que se desarrolla entre Mérida y su madre, Elinor. Al principio, Elinor trata de moldear a Mérida según las normas sociales. Pero a medida que avanza la película, y gracias a una poción mágica que transforma a Elinor en un oso (sí, un oso), ambas aprenden a respetarse y valorarse mutuamente.
Una escena icónica es cuando Mérida y su madre (aún en forma de oso) deben colaborar para sobrevivir en el bosque. Esta experiencia las une y les enseña el verdadero significado del amor y el respeto. Aquí no hay necesidad de un príncipe salvador, sólo una madre y una hija encontrando su camino juntas.
"Brave" nos muestra que es posible contar historias donde las protagonistas femeninas eligen su propio camino sin necesidad de un interés amoroso. Esto es un soplo de aire fresco en las narrativas tradicionales y subraya la importancia de la independencia y el autodescubrimiento. Aunque aún queda mucho por hacer para cambiar completamente las ideas tradicionales sobre género, películas como ésta son un gran paso en la dirección correcta. ¡Viva la independencia!
Villanueva Chavarría, E. R. (2023). Construcción de género desde la filmografía animada de Disney. Universidad Autónoma de Nuevo León.